Jaime Garzón Forero fue uno de los periodistas, humoristas y críticos más importantes del siglo XX en Colombia. A través de sus programas como Quac, Zoociedad Tv, Noticiero CM& y La Lechuza y con ellos sus múltiples personajes que aún residen en la memoria de los colombianos, Garzón logró conectarse con toda una generación que quizá ignoraba sus problemas y que encontró en su humor político una muestra de valentía contra la corrupción y la violencia reinantes para aquellos años en el país. 

 

Durante años enteros, Jaime Garzón le hizo frente al proyecto paramilitar en Colombia, que crecía en forma descomunal y que empezó a permear hasta las instancias más altas del poder político y judicial. Esto, junto a una lógica nacional de odio por el pensamiento diferente y la estigmatización de todo aquel  que luchaba por los derechos humanos, convirtió a Garzón en un objetivo militar. 

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El 13 de Agosto de 1999, como si se tratase de una más de las "muertes anunciadas" en Colombia, fue asesinado por sicarios motorizados mientras se dirigía a las instalaciones de su trabajo en una camioneta de su propiedad. Al día de hoy, 18 años después de cometido el crimen, solo existe una sentencia condenatoria en el caso de Jaime Garzón y podría decirse que ha sido uno de los casos judiciales más complejos de Colombia. 

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Desde un principio, pareciese que la investigación por la muerte de Jaime Garzón hubiera estado pensada desde mucho antes para ser una investigación ineficaz. Tuvieron que pasar 16 años para que el crimen de Jaime Garzón fuese declarado de lesa humanidad; hecho que, por cierto, aceleró un poco el proceso que prácticamente se encontraba en un hueco jurídico: ni un paso para adelante, pero si muchos para atrás. 

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Lo interesante de todo esto, es que la única condena activa por este caso pesa sobre un muerto. En el año 2000, Carlos Castaño Gil, jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, fue declarado autor intelectual del asesinato del periodista y fue condenado a 38 años de prisión y una multa de 790 millones de pesos (condena que, vale aclarar, nunca cumplió). 

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Sin embargo, pese a todo esto, la investigación por la muerte de Jaime Garzón podría declararse como uno de los fallos más importantes de la justicia colombiana en los últimos años: testigos falsos, documentación desaparecida, testigos asesinados o amenazados, intervención de agentes del Estado, etc., hacen de este caso uno de los más oscuros en la historia judicial de Colombia.